lunes, 12 de diciembre de 2011

Verbóstico

Sucio y estúpido.
No hay otra forma de entrar en el regocijo que desconociendo lo habitual.
Ahora, esto, es una poesía de momento que en unas pocas horas será devenida en sexo (que humor es ese que nos cuelga del cuello)
Poesía que no es más que un fruncimiento de un momento que está pronto a finalizar, a decir, definitivamente nada más que un insignificante silencio demarcado por un pequeñísimo punto.
Ahora, ya, es el fin (siempre lo es si se lo piensa todo como un nuevo comienzo)
Opte por dejar de lado el prejuicio de sus hombres y la hipercalórica silueta de su frente, haga de cuenta que se desconoce (finalmente se hará certero) y pongámonos a un lado. ¿Lograremos ver algo? Es muy probable que no, pero de seguro ni nos daremos cuenta de que somos incapaces de percibir esto que es Uno y todo lo que lo rodea que es lo Otro siempre violento y denigrante.
Ya. Es el fin (que no termina hasta que verdaderamente lo hace) de esta poesía que nunca tendrá la verdad que usted interpreta, sino esta única vivencia imposible al momento de producirla. (¿Será cierto, al fin y al cabo, que esto sea posible más allá de su presencia?)
Sí, por fin ya es el fin.

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