jueves, 4 de noviembre de 2010

La dramaturgia (sin título)

Fragmento de una obra (¿?) de teatro (¿?) que estoy escribiendo:


Renata: ... Curar, curar es la meta. Cerrar la cicatriz de milenios occidentales, de neardental famélicos... Allí están nuestras voces, allí se canta a los signos de la homosexualidad y de la heterosexualidad. Han dicho: ¿Naturaleza o muerte? Ya eligieron por mí hace tiempo. Hoy prefiero creer que el viento el que me lleva provocándome  un éxtasis construido por no se que cultura.
Igual, igual me abandono al viento, quien me llevará hacia algún lugar.


Julio:(en off) ¡Desvariada!


Renata: ¡Criterioso!


(Pausa)


Renata: Mercedes encontró la excusa perfecta. Puso su amor propio y un poco de ese deseo juvenil en la figura de Julio.
Según imagino, ella tocó la entrepierna de él antes de hacer algo. Manía deliciosa. Sus pechos caídos, su pubis velludo y la sangre figurada y la real fluyen veloces, pujando elocuente.
Entra en la casa como si nada. Pregunta por mi. Julio responde: no está. A mercedes le comienza a sudar la mano derecha, le tiembla el pómulo y arrugar en entrecejo. Saca las llaves de su bolsillo, juega un rato con ellas y, con sabia torpeza, caen al piso. Julio, en su mejor postura de semental oxidado se precipita para alcanzárselas. Mercedes levanta su mano derecha, la más ágil, y la libera, luego, a la gravedad. Lo hace una, dos y tres veces. Julio queda con los ojos abiertos, mirando las llaves, los dos en el piso.


(Silencio)


Renata: ¿¡Desvarío!?

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