miércoles, 21 de abril de 2010

Las palabras de Humberto Sorte



No caben denominaciones para describir los sinsabores que lo asaltan a uno en cualquier rincón o espacio reducido en el que se haga presente. Yo me pregunto en las noches, boca a bajo en mi cama: ¿Qué es esta media mediocridad que circula con tanto libre albedrío en estas horas que corren?, ¿Seremos producto de algo o simplemente los últimos engranajes de una máquina en decadencia?

Nada resuelvo, cuando el reloj cronometra mi ocio y unas ranas despiertan. Posteriormente, hastiado, me duermo. 


A la hora de despertar, todas aquellas lucubraciones desaparecen, como si hubieran sido tan sólo una imagen de un sueño desierto e incongruente. Lavo mis dientes, mi lengua, remojo mi cara, me extirpo las lagañas y por último me peino largas horas en un arduo combate
, eterno por cierto, con el remolino.

Luego me invade la calle, las nubes cuando están, el sol cuando aparece y ese constante óxido que viaja por nuestros sentidos, que rodean toda nuestra persona y nos abruma cotidianamente.


Es allí cuando pregunto: ¿Para qué pensar? Mejor es vivir en simples pasos momentáneos, permitiendo que la estrella diurna lleve su trajín como le plazca. Y resuelvo enfrascarme en mis cinco metros a la redonda y relacionarme y brindar, cuando así me parezca, con otros frascos en el devenir de las horas. Pronto, pienso, en muy poco tiempo, estaré en mi casa listo para girar la tapa, trepar por el vidrio y quitarme el atavío del día vivido.


Debe ser por esta manía heredada por quién sabe qué factores de la historia social y cultural ni que ocho cuartos... que hemos pulido generación tras generación, constantemente, el vidrio de nuestro frasco de mermelada o aceitunas para protegernos... ¿de qué?


No creo que el humano sea alérgico al humano... es muy probable que el humano produzca su propios venenos... quién sabe...poco más puedo decir si lo único que estoy haciendo es perpetrar un estertor insoportable, único signo que se ha mantenido en la humanidad a través del (de los) tiempo(s).


Soy Humberto Sorte, un hombre más que no piensa en otra cosa que trascender su propia casa y acercarse de una vez y para siempre a la inmortalidad de la vereda.

Pronto volveremos a vernos.



H.S. 1


1 Humberto Sorte. Nacido en la Ciudad de Buenos Aires en el año 1965. Profesor en Letras en la Universidad de Buenos Aires. Ha participado en numerosas revistas literarias y ha escrito una gran cantidad de poemas. No ha publicado, hasta el momento, ningún libro. Según él las publicaciones "fueron, son y serán errores de sincronía irreparables con y para la cultura". Jamás quizo publicar  porque "detestaría que me leyeran en las escuelas argentinas".

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