Carcaj invisible en la adusta espalda. Áureas nubes se turban de regocijo.
Un grupo lascivo se autorreferencia en beneficio del que triunfe.
La figura vetusta del Héroe se aproxima al labio de la ya descansada dama. Ella tensa el arco, él coloca las saetas y el niño, ya con bigotes de oro y orgulloso, salta los cadáveres con el porquerizo a su lado. Todos cantan desde adentro a los ojos brillosos.
Un grupo lascivo se autorreferencia en beneficio del que triunfe.
La figura vetusta del Héroe se aproxima al labio de la ya descansada dama. Ella tensa el arco, él coloca las saetas y el niño, ya con bigotes de oro y orgulloso, salta los cadáveres con el porquerizo a su lado. Todos cantan desde adentro a los ojos brillosos.
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