lunes, 14 de septiembre de 2009

Ἀχιλλεύς -2-

 Con la dorada sangre anudada al lodo y a la larga y eléctrica barba observando el campo arrasado; mantiene el futuro hombre de pies ligeros, su turbada ofuscación.
Llevaremos aquella marca impía en nuestras sienes por siempre.
Su amigo tiene el plan entre sus dedos firmes, el anciano se lo entregó seguro.
Las nubes aún no se amontonan, el silencio está pronto a acabar.