En la negra nave se revuelve, Mano de rayo obliga. Pronto la saeta de nuestra envidia herirá las sentencias aladas.
¿Moira infinita o deliberada empresa?
Patroclo no ha muerto. Héctor todavía goza de su ínfimo y breve laurel.
Falta mucho para que el vaso de la negra sangre se colme.
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1 comentario:
sin palabras...PENELOPE!
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